sábado, 13 de junio de 2015

Nick Jonas y Tú - Cap. 16 "Pesadillas"

++ Sabía que soñaba.
Las imágenes no eran claras, podía ver colores y algunas formas, pero nada era preciso.
Dos sombras se acercaban a mí, estaba segura de que reían del estado en el que me encontraba: atontada, débil, sin una clara idea de lo que pasaba a mi alrededor. Me tocaban y yo intentaba defenderme, pero mi inutilidad no me lo permitía. Creo que lloraba y les rogaba que pararan, pero sólo logré que se burlaran más. Quise gritar, pero mi garganta no respondía. Tuve que ¿dejarme llevar?, no tenía otra opción. Mi cuerpo no reaccionaba. Volví a dormir.
Cuando desperté, estaba sentada, gritaba y lloraba, hiperventilaba. Mi mamá me abrazaba, me miraba con preocupación e intentaba tranquilizarme.
M: ¡¿Qué te pasa?!
-: Nada, nada- decía yo, mientras intentaba recuperar mi respiración
M: Vamos, hija, cuéntame, eso no es “nada”, ¿qué pasó mientras no te encontrábamos?
Di un gran suspiro.
-: Cuando iba a verme con Nick unos tipos me metieron a una camioneta, me amarraron. Llegamos a una bodega y me aventaron a una esquina- mi voz se cortaba y algunas lágrimas salían- me drogaron…y creo que abuzaron de mí.- Rompí en llanto. Mi corazón estaba lastimado, desgarrado. Mi mamá me abrazaba y lloraba conmigo. Nadie imaginaba mi dolor, me sentía sucia, por dentro y por fuera. Sólo quería que la pesadilla terminara.
M: Sé que todo esto es muy fuerte y muy doloroso para ti, pero debemos realizarte estudios.
-: Lo último que quiero es que alguien más me toque.
M: Por favor…
-: No insistas, por ahora no. 
M: ¿Estás segura? No quisiera que algo malo te pasara.
-: Créeme: nada puede ser peor. Sólo abrázame y prométeme que no le dirás nada a papá.
M: Hija, yo no puedo prometer eso. Y te enojarás conmigo, pero te voy a hacer esos estudios. Vamos a ir a terapias para que te sea más fácil superar esto.
-: Pero mamá…
M: Nada de peros, vamos a ir y punto. Es más, mañana mismo mandaré a que te hagan esos estudios. Te amo y haré lo posible porque estés bien.
Ya no quise pelear con ella. Tenía razón.
Seguí llorando hasta quedarme inconsciente.


Nick Jonas y Tú - Cap. 15 "Qué cosas ¿no?"

++
No pegué el ojo en lo que quedaba de noche: estaba muy emocionada de volver a verlo, sólo nosotros dos, sin nadie que nos molestara y platicar con él de todo lo que nos había pasado en los últimos dos años.
Mi alarma sonó a las 10 am, pero ahora mi cuerpo me estaba cobrando la factura, así que tomé una ducha y después me recosté “5 minutos”, que se volvieron en 3 horas de sueño; aún tenía 1 hora y 45 minutos, ya que a la escuela hacía sólo 15.
Me llevé un largo rato buscando algo decente en mi clóset, pero desgraciadamente nunca había tenido la necesidad de lucirme frente a nadie… hasta hoy. Terminé usando unos jeans ajustados, una camisa blanca, un suéter negro y unos zapatos rojos: eso era lo mejor que tenía. De una caja, saqué una pequeña bolsa negra, en donde metí dinero, mi celular y unos audífonos.
Antes de irme, estaba terminando de recoger mi habitación cuando alguien tocaba a mi puerta.
P: Hija, ¿puedo pasar?
-: Claro- suspiré- pasa
Ambos nos sentamos a la orilla de la cama. No sabía que decir, aún seguía muy molesta con él.
P: Creo que te debo una disculpa.
-: En realidad, la que te pide perdón ahora soy yo: no debí decir que te odio, papá.
P: (con una pequeña sonrisa) no creí que fuera cierto, además comprendo que fue un impulso de tu parte, no fue correcto abofetearte.   
-: Me dolió mucho, y no hablo del dolor físico: jamás me habías golpeado.
P: Me siento muy mal, creo que me dolió más a ti que a mí.
-: Todo está bien, papá, no tienes de que preocuparte.
P: Quisiera compensarte, hija.
-: No creo que sea para tanto.
P: Yo quiero.
-: De acuerdo, sólo quiero una cosa.
P: Lo que sea.
-: Déjame seguir manteniendo contacto con Nick y que me dejes ir a verlo hoy, por favor.
P: No creo que sea buena idea…
-: Por favor, tú dijiste “cualquier cosa”.
P: No quiero que te vuelvan a lastimar, eres demasiado joven como para sufrir tanto, de nuevo.
-: Pero ahora soy más madura, sé que es lo que me conviene, ¿no confías en mí?
P: En ti sí, en él no.
-: Vamos, hazlo por mí, quiero ser feliz por un momento.
P:… No me convence mucho la idea, pero lo haré por ti.
-: ¡GRACIAS!- me lancé a sus brazos y le besé toda la cara.
P: De acuerdo, de acuerdo, mucho amor por el momento… pero te advierto una cosa: si te lastima una vez más, juro que no me voy a contener.
-: Está bien, prometo estar alerta.
P: De acuerdo, ve a ver a tu cantantucho.
-: ¡OYE! Más respeto.
P: Okey, okey, lo siento… ve a ver a Nick
-: Así me gusta… me voy papá, ¡te amo!
P: Y yo a ti, por favor cuídate, ¿quieres?
-: Te lo prometo.
Salí corriendo de mi habitación. Fui con a despedirme de mi mamá a la cocina y después me fui caminando hacia la escuela.
Llegué 5 minutos antes de la hora. Empecé a caminar en círculos por toda la calle, esperando a que bajara. Saqué los audífonos y los conecté a mi celular. Estaba muy distraída escuchando la música, cuando de pronto una mano con un pañuelo envuelto se colocó agresivamente sobre mi boca y nariz, haciendo que un olor raro y desconocido me hiciera perder la conciencia…

++
Sólo faltaban 5 minutos para la hora. Tomé el elevador desde el séptimo piso y éste me dejó en la planta baja. Cuando iba saliendo del hotel, observé a una camioneta negra arrancando a toda velocidad; realmente, no le tomé mucha importancia, estaba demasiado emocionado por ver a (nombre) de nuevo.
:
:
Había pasado una hora. Dos horas. Tres horas. Ella no llegaba. No tenía su teléfono, pero ella sí tenía el mío. Estaba dudando de si se le había pasado, ella no era así: me comenzaba a preocupar.
Subí corriendo a la habitación del hotel y encendí rápidamente la computadora. Abrí nuestra conversación y comencé a escribirle:
N: “¿Qué pasó contigo? ¿A caso lo olvidaste? Por favor responde, estoy muy preocupado.”
En cuando le di “enviar”, mis hermanos entraron.
J: ¿Tan rápido? Yo creí que estarías horas allí abajo.
N: Ella no estaba.
K: ¿Cómo que no estaba?
N: La esperé una hora y jamás llegó- era extraño no sonar molesto, más bien estaba algo triste y decepcionado.
K: ¿Y ya la llamaste? Probablemente nunca la conocí como tú, pero estoy seguro de que jamás te dejaría plantado.
J: Estoy de acuerdo con Kevin… ¿Y si le pasó algo?
K: ¡Calla!- entonces, me miró- Nick, ¿estás llorando?
N: (Suspiré) necesito estar solo, regreso en un momento.
Y salí de la habitación. Bajé a la recepción y me senté en un sofá que ahí se encontraba. Saqué el teléfono y lo observé durante un largo, largo rato.

++
Desperté. Las luces estaban apagadas, no podía ver nada. Alguien entró con una linterna, apuntándome en la cara, cegándome por un momento.
?: Ya despertó la “Bella Durmiente”- dijo una persona desconocida, que llevaba un pasamontañas puesto.
Intenté gritar, pero tenía la boca tapada con cinta adhesiva. Comencé a forcejear, estaba amarrada de manos y pies, pero todo era inútil, las cuerdas estaban muy apretadas.  
?: Oye, oye, tranquila, si te comportas bien no te sucederá nada- mientras me decía esto, me quitó la cinta de la boca.   
-: ¡¿Qué es lo que quieren?!- estaba muy alterada.
?: No me hables así mocosa… Sólo queremos divertirnos, eso es todo.
-: Pero yo…
?: Shhhh…
Unas manos ajenas me tocaban, me acariciaban; sentía repulsión y rabia, pero no podía defenderme, estaba completamente inmóvil. Lloraba y lloraba, pero aquel hombre no se compadecía de mí. Al parecer le molestaba los ruidos que de mi boca salían, así que me volvió a poner aquél pañuelo, con el mismo olor que hizo que quedara inconsciente…

++
Al parecer me quedé dormido en el sofá, y lo que me despertó fue el sonido impaciente del mí teléfono: una nueva llamada.
N: ¿Hola?- el número era desconocido, y tenía la esperanza de que fuera (nombre) la que llamaba.
M: Nick, soy Patricia, la mamá de (nombre)
N: Hola señora, ¿sucede algo?- tallé mis ojos y me senté derecho.
M: Quería saber si (nombre) se encontraba contigo, es muy tarde y no contesta su teléfono.
N: ¿Cómo que no contesta? Pues en realidad, ni siquiera llegó a nuestra cita, yo creí que se le había pasado o que su papá no la habría dejado venir.
M: No, su padre estuvo de acuerdo. Estamos realmente preocupados.
N: Iré a buscarla y si la encuentro o sé algo de ella prometo que le llamaré.
M: Muchas gracias, hijo, te lo agradezco.
N: No es nada, gracias por avisar.
Y colgamos. Entonces Joe había tenido razón (-: raaaaaro… N: Sí, bastante): a (nombre) le había sucedido algo, nadie sabía en donde estaba.
Subí rápidamente a la habitación. Kevin y Joe estaban ahí, en la mesa sentados, jugando “Dominó”.
K: ¿Qué sucede Romeo?- dijo sin perderle la vista a su juego.
J: ¿Ya sabes algo sobre tu Julieta?- completó de la misma forma.
N: ¡Déjense de bromas tontas y ayúdenme a buscarla!- grité desesperado
K: Tranquilo, ¿qué sucede?- a mi hermano se le salió su lado paternal y corrió a abrazarme
N: Nadie sabe en donde está, todos las están buscando.
J: Demonios, son esos momentos en los que no me gusta tener la razón.
KN: ¬_¬’
J: Dejen de mirarme así, vamos a buscarla.
Sin decir más, los tres salimos a la calle. Nuestra gente de seguridad también estaba ayudando, pero era demasiado tarde, por lo que casi no se veía nada. Para rematar, empezó a llover.
No me rendiría, encontraría a (nombre) a como dé lugar…

++
Volví a despertar. Ahora las luces estaban encendidas y pude observar que estaba en una gran bodega, muy sucia, con materiales oxidados y rotos  en el suelo de todo el lugar
Esta vez estaba un tanto adolorida del cuerpo. No me había dado cuenta, hasta que, con cierto dolor, logré sentarme bien; en mi entrepierna una mancha roja estaba dibujada: habían logrado su objetivo. La rabia me había invadido, no podía detener el llanto.
Pasaron algunos minutos antes de darme cuenta que había un pequeño pedazo de vidrio roto a unos metros de donde yo me encontraba; aquellos hombres estaban profundamente dormidos, por lo que aproveché y me arrastré hasta donde estaba el material: lo tomé con una mano y empecé a friccionarlo con la cuerda. Poco a poco ésta se iba rompiendo, pero en un momento, el vidrio se movió, cortando justo ha lado de mi vena izquierda, provocando que soltara un gemido de dolor, que hizo que aquellos hombres se movieran, pero, gracias a Dios no se despertaron.
Seguí cortando la cuerda hasta que mis manos lograron ser libres de nuevo. Me quité la cinta de la boca y desamarré las cuerdas que ataban a mis pies.
“Inteligentemente”, no me habían quitado la bolsa que llevaba, por lo que la abrí y ahí seguía mi teléfono y la cartera.
Tenía que pasar por donde ellos para poder salir de ahí, pues la puerta se encontraba a su lado. Quería gatear, pero no lo creía muy seguro por todo lo que había en el suelo, así que decidí caminar con suma cautela. Por el corte que yo misma me había hecho, estaba dejando un rastro de sangre, además me dolía muchísimo.
Estaba a punto de llegar a la puerta, pero no veía el camino, sólo los miraba a ellos, para evitar que se dieran cuenta que  trataba de escapar.
Un pedazo grande de madera me hizo una mala jugada y tropecé, cayendo justo ha lado de ellos, por lo que se despertaron y se dieron cuenta de lo que hacía. Por inercia, salí corriendo, pero al momento de abrir la puerta el suéter se atoro con un alambre, y al intentar jalarlo el alambre rosó más la herida, haciendo que ésta se abriera más, llegando hasta mi vena. La sangre empezó a fluir rápidamente.
Cuando logré desatorar el suéter, corrí lo más rápido que pude, pero la lluvia me  nublaba la vista. Escuchaba como los hombres venían detrás de mí, por lo que se me ocurrió esconderme atrás de una jardinera. Cuando estuve segura de que me habían pasado y que no volverían, salí de mi escondite y comencé a caminar. Poco a poco me iba debilitando, me estaba desangrando y no tenía la suficiente fuerza como para apretar la herida, por lo que mi cuerpo se rendía y terminé tirándome al suelo por voluntad propia y esperar, sin más remedio, a que alguien se apiadara de mí. Sin darme cuenta, perdí la conciencia. 

++ Cada vez llovía con mayor intensidad, no podía ver. Caminaba por la acera hasta que tropecé con algo… o alguien. ¡¡ERA (nombre)!! Estaba inconsciente.
N: ¡¡Gracias Dios!!
Comencé a “tocarla”, levantaba sus brazos y piernas, hasta que vi una extraña mancha en la mano izquierda: era sangre que fluía con rapidez de una vena abierta. Me quité el cinturón y rápidamente le hice un torniquete en la muñeca. Busqué en mi pantalón y saqué mi celular para marcar a una ambulancia.
Ésta llegó a los pocos minutos y me llevaron, junto con ella, al hospital más cercano. Mientras íbamos hacia allá les avisé a mis hermanos.
La observaba y se veía pálida, con los labios morados, incluso  hasta más delgada.
Llegamos al hospital y la metieron a la sala de cirugías.
Una enfermera me ofreció una toalla para evitar que me enfermara, pero fue demasiado tarde, ya que comenzaba a sentir picazón en la garganta.
Llamé a los papás de (nombre), para que supieran que la había encontrado y en el lugar en donde nos encontrábamos. Llegaron casi al instante al igual que mis hermanos y mis papás.
En la sala de espera nos encontrábamos. No me di cuenta el momento en el que me quedé dormido, tal vez fue por la baja de azúcar que me dio, por el dolor de garganta o simplemente por el cansancio. El doctor fue el que me despertó.
Dr: ¿Familiares de (nombre completo XD)?
P: Soy su papá.
Dr: Le informo que la paciente está fuera de peligro- todos suspiramos, con mucho alivio- fue una operación muy sencilla, ya está en su habitación.
M: ¿Podemos pasar a verla?
Dr: Sí, sólo unos minutos, debe descansar, está muy débil. Si todo  marcha bien, quizás mañana la demos de alta.
TODOS: Muchas gracias doctor- dijimos todos al unísono
Creo que nunca había sentido tanta tranquilidad en mi vida.
Parecía que íbamos en una peregrinación, todos formados, casi en estaturas, entrando a la habitación de (nombre). Estaba despierta, se le veía cansada pero con más color en el rostro
M: ¿Cómo te sientes, hija?
-: Mejor, supongo, estoy algo cansada y adolorida- hablaba con lentitud y con la voz entrecortada.
M: Me quedaré contigo esta noche- dijo su madre, mientras se sentaba en la silla que estaba a un lado de la cama de (nombre) y le tomaba la mano.
-: Gracias, mamá.
Se hizo un silencio.
K1: Chicos, creo que es momento de irnos. Mañana podremos venir a recoger a (nombre)… ¿podemos?- dirigiéndose al papá de (nombre)
Mariano dio un gran suspiro y asintió con una leve sonrisa.
K1: Gracias- y se dieron un apretón de manos.
Comenzamos a salir de la habitación pero la voz de (nombre) nos detuvo.
-: Esperen, ¿puedo hablar con Nick un segundo… solos?
De.: Claro, vamos todos para afuera- y todos salieron a la sala de espera…o es creí.
Me acerqué a ella. Me senté en la silla en donde su madre estaba momentos antes y tomé su mano.
N: Habla, mujer- dije, mientras le sonreía
Pude jurar que se sonrojó.
-: Gracias
N: ¿Por qué lo dices?
-: Si no fuese por ti, en este momento estaría muerta- dijo agachando la cabeza
N: Hey, no digas eso- le tomé la barbilla e hice que me viera a los ojos- no me agradezcas a mí, hice lo que tenía que hacer. El destino quiso que te encontrara y así fue.
-: Aún así, no era tu obligación- la comenzaba a ver feo- lo que quiero decir es: no cualquiera lo habría hecho y estaré infinitamente agradecida por ello.
No pude aguantarme las ganas de abrazarla.
-: Te quiero…muchísimo
N: Te quiero muchísimo más

Escuché su risa

lunes, 19 de enero de 2015

Hola Jonatic's!!!!! Quisiera pedirles una enorme disculpa, tiene muchísimo tiempo que no les publico un capítulo.
Prometo que pronto tendrán más. Las compensaré :)

viernes, 1 de noviembre de 2013

Nick Jonas y Tú - Cap. 14 "El lado bueno de tener hermanos"

++
K: ¿Con quién platicabas, hermanito?
J: ¡Y ve desde qué hora!
N: C-c-c-con nadie
J: ¿Entonces? ¿Por qué tartamudeas?
N: ¿Quién tartamudea? ¿No que tenían mucho sueño? ¿Por qué están despiertos tan temprano?
Esto lo dije con suma rapidez, lo que me delató en seguida.
K: Primero tranquilízate, y dinos que sucede.
N: En unas horas voy a ver a (nombre).
J: Ahora entiendo.
K: Tienes que calmarte o la vas a espantar.
J: Saca el lado Jonas que todos tenemos dentro.
N: O.o ¿El lado Jonas?
J: Sí, tu lado Jonas, tu lado romántico, tu lado gentil… ¡EL LADO SEXY!
Lo dijo con tal seguridad que me empecé a reír.
K: Tranquilo Joe, ese lado lo sacará en algunos años- el mencionado asintió decepcionado- te ayudaremos a que tu cita salga genial, no te preocupes.
J: Y seguramente la conquistarás, nuevamente.
N: No creo que me sirva conquistarla “nuevamente”.
KJ: ¡¡¿¿POR QUÉ??!!
N: Porque nos iremos de nuevo a San Antonio (lugar de la casa Jonas) y no la volveré a ver en mucho tiempo.
J: Eso es cierto.
Kevin dio un suspiro.
J: ¿Qué pasa Kev?
K: Se supone que era una sorpresa.
N: Déjate de rodeos, hermano, habla.
K: Vamos a regresar a vivir aquí, a Nueva Jersey.
De pronto, la habitación se quedó en silencio y solo se escuchaban nuestras respiraciones.
Entonces, comencé a gritar con toda la euforia del universo, así como nunca antes lo había hecho; me abalancé sobre Joe y lo abracé con todas mis fuerzas para después irme sobre Kevin y darle un gran beso en la mejilla.
K: Te daré noticias así más seguido.
N: ¡No lo puedo creer! Es la mejor noticia que me han dado desde hace años.
J: ¿Desde hace cuánto sabes esto Kevin?
K: En realidad, la idea fue mía.
N: Es la mejor idea que has tenido en toda tu vida.
K: ¿Gracias?... Como sea, hay un “pero”.
J: No hay “pero” que valga aquí.
K: Mis padres no se mudan con nosotros.
JN: ¡¡¿¿QUÉ??!!
K: Lo que oyeron… ellos prefieren quedarse con Frankie en San Antonio, para que termine la escuela y el cambio no le sea tan brusco, como con nosotros. Pero vendrán a vernos cada mes, para cerciorarse de que estemos bien.
N: El que mis padres no vengan con nosotros no me hace muy feliz, será algo complicado no estar sin ellos todos los días.
J: No todo se puede en esta vida.
K: Y eso quiere decir que podrás conquistar a tu chica, otra vez.
J: TIENES QUE SACAR EL LADO JONAS.

Y los tres terminamos muertos de risa. 

Nick Jonas y Tú - Cap. 13 "Depresión"

Cerré la puerta de golpe y me acosté en la cama, hundiendo mi cara en la almohada, mientras las lágrimas salían sin parar de mis ojos.
Cuando recobré la conciencia, me di cuenta que me había quedado dormida: eran las 3 am.
El sueño “se me escapó”, así que me fui directo a la computadora. Recordé que Nick me había dado una tarjeta, así que busqué en el bolsillo de mi chaqueta y la saqué; tecleé las letras que formaban el correo electrónico y comencé a escribirle palabras, creando un nuevo “chat”.
-: “Hola Nick, soy (nombre), ya estamos en contacto, espero platicar contigo muchas noches. Saludos”.
No pasaron ni 30 segundos y ya me había contestado.
N: “Qué hay (nombre), ¿qué haces aquí tan tarde?”
-: “¡Wow!, eso sí que fue rápido. Pues tuve ligeros problemas por lo que hice y por muchas razones me desperté hace algunos minutos; ¿y tú? ¿No deberías estar descansando ahora? Tuviste una noche algo intensa”
N: “¿Hace cuánto tiempo que me fui de ahí? Me refiero a Nueva Jersey”
-: “Pues, aproximadamente, como 2 años”
N: “No he dormido bien desde ese entonces”
No lo podía creer ¿Insomnio por mi culpa? Eso era nuevo.
-: “¿No te resulta pesado?”
N: “Gracias al café y al agua fría de la ducha, ya no tanto, lo he manejado bastante bien desde hace ya un año”
-: “¿Y por la enfermedad no te causa algún problema?”
N: “No puedo creer que aún recuerdes mi enfermedad, y que te preocupe”
-: “Lo viví en persona, tendría que preocuparme”
N: “Pues la verdad es que sí me afecta bastante, ya no rindo mucho y me canso demasiado… Siento que soy una carga para mi familia”
-: “No lo veas de esa forma, no creo que sea así”
Y pasaron dos horas. Volvimos a platicar de tantas cosas, como lo hacíamos cuando éramos pequeños y no teníamos ninguna preocupación.
N: “Creo que ya es hora de irme, mis hermanos se están despertando y no quiero que estén de metiches”
-: “De acuerdo, pero prométeme que antes de que te vayas de la ciudad, nos veremos, como antes”
N: “Te lo prometo… ¿Te parece si nos vemos hoy?, tal vez me vaya mañana”
-: “Está bien, ¿en dónde nos vemos?”
N: “¿Recuerdas el hotel que está frente a la escuela?”
-: “Claro, lo veo a diario”
N: “Pues ahí estamos hospedados… ¿Te parece vernos frente a la escuela? Así se sentirán seguros de saber en dónde estoy, y me tendrán bien vigilado”
-: “Ya veo lo que es ser toda una estrella”
N: “Sí, hoy te contaré muchas cosas…y espero que tu también”
Me sonrojé.
-: “Entonces… ¿Nos vemos a las 3?”
N: “A las 3 será”
-: “De acuerdo. Iré a dormir un rato, para no parecer un zombie cuando te vea”
N: “Serías un lindo zombie”
Me volví a sonrojar. ¿Cómo lo podía hacer? Ni siquiera me tenía enfrente.
-: “Bueno, me voy, nos vemos”
N: “Nos vemos, descansa”
Y me fui a dormir.


martes, 9 de julio de 2013

Nick Jonas y Tú - Cap. 12 "Problemas"

La persona que menos deseaba ver en ese momento, cruzó la puerta.
P: ¡¿En qué diablos estabas pensando?!
No sabía que responder, sólo lo miraba como un cachorro asustado.
P: ¿No sabes lo peligroso que es venir a un concierto sola? MIRA TU CABEZA, pudo haber sido peor, ¿no te das cuenta? Eres una inconsciente (nombre)
En ese momento, toda la gente que pasaba por ahí, se quedó frente a la puerta, observando cómo me regañaban. Kevin Sr., Denisse, mi mamá, Kevin y Joe ya estaban ahí, viendo como la cara de mi papá pasaba del color carne al rojo y, al parecer, del rojo al azul.
 P: ¿No se te ocurrió pedirme permiso?
 Tomé valor y le respondí.
-: Si te lo pedía no me dejarías venir, y para información tuya, no vine sola
P: Freddy no cuenta, ambos son menores de edad
-: Tú mejor que nadie sabes porque vine sin tu permiso
DEMONIOS, ahora pasaba del azul al verde. Realmente, creí que se convertiría en Hulk en cualquier momento.
Y de pronto, lo miró. Se fue acercando a él, con el propósito de “matarlo”.
-: EL NO TUVO NADA QUE VER- hablé un tanto más fuerte. Se dio cuenta que me molestaba su actitud.
Y debido al golpe, sentí como mi frente palpitaba, y como el piso se comenzaba a mover. Cuando creí que ahora sí me daría un gran golpe, un par de manos me tomaron. Cuando abrí los ojos y vi hacia el frente, observé las reacciones de todos: estaban muertos de nervios. Miré hacia arriba y “mi salvador” me había evitado otro golpe, pero recordé que mi papá estaba ahí, y juraría que hubiera preferido que me golpeara la cabeza a que él me “rescatara”.
Con cuidado, me ayudó a levantarme.
P: Nos vamos- giró para mirarme- ahora mismo.
Sólo asentí y agaché la cabeza.
Ni siquiera me dio tiempo de voltear a decirle “adiós”

Llegamos a casa. Mis sentimientos estaban algo revueltos, porque, por un lado, estaban tristes y, por el otro, tenían algo de derecho de sentirse enojados.
Abrí la puerta de golpe, dispuesta a correr a mi habitación, cerrar la puerta y ponerme a llorar como “magdalena”, pero un grito enojado me detuvo:
P: ¡¿A DÓNDE CREES QUE VAS?!
-: Demonios- musité
P: ¿Crees que el regaño se acabó?
-: Eso esperaba- dije, aún dándole la espalda
Me tomó del brazo y me giró hacia él.
P: ¿Estás consciente de lo que te pudo haber pasado?
Asentí.
P: Lo que tienes en la frente es poco a lo que te pasará si vuelves a hacer esto
Apreté la mandíbula. Sentía como la rabia recorría mis venas. Mi cuerpo se empezó a calentar y a calentar y exploté… DIABLOS
-: ¡¿Y POR QUÉ NO LO HACES DE UNA MALDITA VEZ?!
Y mi mejilla pasó del color carne al color rojo. Me ardía y me dolía. Pero nada me dolía más que el hombre que hasta ese momento amaba más, me hubiera levantado la mano. Me ardía y me dolía el corazón.
M: ¡Mariano!- gritaba mi mamá con desesperación
Las lágrimas comenzaron a salir y a los pocos segundos, mis mejillas estaban completamente húmedas.
Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, abrió los ojos como platos y se llevó la mano a la boca.
P: Hija yo…
-: Te odio… te odio, papá- y corrí escaleras arriba, hacia mi habitación.
Ya no le di tiempo de decir nada más.




























Nick Jonas y Tú - Cap. 11 "El Concierto"

Faltaban exactamente treinta minutos para que empezara el recital, y todo el lugar ya estaba completamente lleno. Cada minuto alguna “bolita” de personas comenzaba  a gritar “¡JONAS!, ¡JONAS!, ¡JONAS!”, haciendo que todo el auditorio explotara.
Gracias a que gane el pase doble, en la radio, me dieron asientos en primera fila, lo que lo hacía muchísimo más emocionante.
Estaba hundida en mis pensamientos, o más bien solo pensaba en Nick; ¿cuál sería su nuevo aspecto? ¿Qué tanto habría cambiado? Lo seguía por internet, por televisión y la radio, pero era muy distinto, pues cualquiera se ve mejor en HD.
No me percaté que Freddy me pasaba la mano por el frente de mi  cara, pero lo hacía con afán de molestar.
F: Piensas en él, ¿verdad?
Suspiré.
-: Sí, ya lo quiero ver… ¿Me reconocerá?
F: Amiga, dudo que tu cara se le haya olvidado tan fácil                     
Ambos nos reímos.
-: Creo que tienes razón… Pero ¿crees que si me ve…- No me dejó terminar
F: ¿QUE SI CREO QUE TE VERÁ?- casi me gritó- Te puedo asegurar algo: si ése “tipo” no se te queda viendo, por un lapso mínimo de todo el concierto…- eso me hizo sonreír-… te juro que me vuelvo “hombre”.
Exploté en risas. Eso me agradaba de Freddy: no importaba si el momento era de vida o muerte, siempre te hacía reír, le costara lo que le costara.
Me sumí en mis pensamientos, otra vez. Me puse a pensar que pasaría si mi papá se enteraba de la “locura” que estaba cometiendo en ese momento… Pero no duró mucho el sentimiento de culpa, pues en ese momento las luces comenzaron a bajar, provocando que el auditorio explotara en gritos de emoción.
Ni si quiera me reconocí: era la primera vez que saltaba con tanta emoción. Cuando me volví para ver por un momento a Freddy, creí que lloraba, eso me hizo sonreír.
Una gran cortina blanca comenzó a bajar desde lo más alto; de pronto, cuando encendieron las luces, las sombras de los tres chicos se reflejaron en la cortina, haciendo que se vieran gigantes.
Kevin empezó a tocar la guitarra, y de pronto la cortina cayó al suelo, dejándolos a la vista de todos.
Y el concierto comenzó.
Desde hacía mucho tiempo, no me sentía tan feliz y tan libre; gritaba llena de júbilo y alegría, como si fuese la primera vez que lo hacía.
Ya habían pasado seis canciones desde que empezó el concierto, y con el único que había cruzado mirada era con Joe, y creyendo que me iba a pasar por alto, agitó la mano diciéndome “HOLA”.
Kevin se colocó a lado del mediano, y éste último me señaló con el dedo índice, para que su hermano me viera; sinceramente, me dio mucha risa su expresión, pues primero abrió los ojos como platos, y luego me sonrió mientras me guiñaba un ojo.
Sólo faltaba uno, y el que en ese momento me importaba más que nadie.
Kevin y Joe se dieron cuenta de lo que traba de hacer, así que el primero le dijo algo al oído, y éste sólo asintió. Los tres se dirigieron hacia el centro del escenario, bailando y saltando al ritmo de la música.
Nick aún no se percataba de mi presencia, así que Kevin me señaló con la cabeza de la guitarra. Por fin me miró.
Ambos nos miramos a los ojos por lo que pareció ser mucho tiempo, y parecía que se estaba desconcentrando,  pues tocaba los acordes de forma equivocada. Joe trato de “salvar la canción”, pero lo hizo de una forma algo brusca, pues le dio “un pequeño empujón”, pero Nick estaba tan desconcentrado y parado en una mala posición, que perdió el equilibrio. Lo último que recuerdo, es a su espalda cayendo sobre mí, pero eso no fue lo que me “mató”, sino el golpe en mi cabeza con la maquinaria de su guitarra… Todo se volvió negro.

(-: ¿Por qué siempre soy yo la que sale lastimada?... N: (señala su rostro) Cariño, esto no es gratis… -: (le lanza una botella de agua en la cabeza) Si bueno, mejor asegúralo XD)
Desperté con el dolor de cabeza más espantoso que había tenido en toda mi vida. Estaba algo desorientada así que abrí los ojos y mi levanté de una forma algo brusca, lo que hizo que me mareara y perdiera el equilibrio, pero antes de que mi cabeza tocara el suelo, unos brazos me tomaron alrededor de la cintura, evitando que me cayera “por completo”. Cuando estuve segura de que me podía mantener en pie por mi propia cuenta, abrí bien los ojos, y pude reconocer los brazos de aquella persona que me había evitado otro golpe en la cabeza.
-: Mi salvador- le dije con una gran sonrisa en el rostro
Puso los ojos en blanco, pero logré que sonriera.
N: Siempre metiéndote el problemas
-: Superestrella, tú fuiste quien me noqueó
N: Buen punto- me sonrió
Recordé que él me sostenía, así que hice un esfuerzo para no caerme y me mantuve en dos pies.
-: ¿qué me pasó?- dije mientras llevaba la mano a mi cabeza, sintiendo una pequeña hinchazón del lado izquierdo de la frente- ¡AUCH!
Él se sonrojó un poco.
N: Me caí encima de ti, y la guitarra te golpeó la cabeza… Lo siento, no me fijé
-: Ahora lo recuerdo- algunas imágenes regresaban- pero creo que la culpa no es toda tuya…
“JOE”, dijimos los dos al mismo tiempo, haciéndonos reír.
-: ¿Qué pasó con el concierto?
N: Les dije que terminaran, me sentía algo responsable y no te iba a dejar aquí sola
Eso me hizo sonreír abiertamente.
-: ¿Y Freddy?
Dudó un poco antes de contestar a mi pregunta
N: Te vas a enojar un poco con él…- lo miré con mala cara-… no me veas así, yo le dije que no dijera nada: le llamó a tus papás para que vinieran por ti, pues tenía miedo de que fuera algo más grave
¡MALDITA SEA! En mi cabeza comencé a imaginar algunas formas de cómo torturarlo y, al final, matarlo. En unos minutos, mi felicidad se esfumaría por completo.
N: Pero tardarán unos minutos en encontrarte
-: ¿Por qué lo dices?- eso me emocionó un poco
N: Estamos en mi camerino, o sea en la parte más baja de todo esto
¿A caso dijo:”Mi Camerino”?
N: Oye, tal vez voy demasiado rápido, pero ten- me entregó una tarjeta con un número y un correo electrónico- son míos, tal vez quisieras que nos pongamos en contacto de vez en cuando, y si te la daba cuando te fueras, tu papá me daría una patada
Me quedé como una tonta viendo aquella tarjeta.
-: Gracias- le dediqué una sonrisa
Tocaron la puerta, un tanto impacientes; antes de que Nick pudiera acercarse a ella, la abrieron de golpe
J: Ya llegaron- dijo algo agitado

Y así se borró la sonrisa de mi cara.